Dia 8 |
En el
principio, Dios afirmo “No es bueno que el hombre este solo.” Y estas han sido
palabras que han resonado por los siglos de los siglos... Sermones las citan a
menudo y hasta solteros las usan como excusa, pretexto, explicación, y
justificación para comprometerse con una pareja. Es tanta nuestra necesidad de
vivir con compañía que creo que cojeáramos si no fuera por lo mucho que nos
apoyamos en estas palabras.
Es
esencial aceptar que Dios proveyó solución para la soledad. Pero yo seria la
primera en reconocer el gran reto de coincidir con la compañía adecuada.
Al
atravesar diferentes estaciones en mi vida, mas que encontrar consuelo en esas
palabras me he frustrado (a veces) al no encontrar personas con quienes
compartir mis estaciones. Aunque siempre abundan las personas con quien
compartir nuestro caminar en la vida, es difícil coincidir con personas con
quien compartir la estación en la que nos encontramos.
Luego pensé
un rato en temporadas donde he estado falta de animo. Y para mi buena fortuna,
pude recordar personas especificas que me alentaron. Recuerdo que la personas
que llegaron a mi rescate se encontraban en temporadas adelantadas comparadas a
mi.
Entonces
recapacite que aun compartiendo el mismo camino es necesario convivir con
personas que estén atravesando diferentes estaciones comparadas a la nuestras.
Andar
en compañía trae ayuda. Creo que por esto en Eclesiastés 4.9-12 leemos: “Es
mejor ser dos que uno, porque ambos pueden ayudarse mutuamente a lograr el
éxito […] mejor todavía si son tres, porque una cuerda triple no se corta
fácilmente.”
En la
misma vertiente, es necesario hacer conciencia que la calidad de personas con
las cual caminamos es igual de importante. La Biblia nos recuerda que caminar
en medio de personas sabias nos mantiene en el camino adecuado. Pero también
nos advierte que caminar con personas insensatas trae sus consecuencias.
Proverbios 13.20: Júntate con sabios y obtendrás sabiduría; júntate con necios y te echarás a perder.
Si
tomaras inventario de las personas que forman parte de tus vivencias en la
actualidad, hacia donde dirías que te diriges?
Una de
las veces que Dios llamo a juicio al pueblo de Israel por siempre recaer en malos
caminos, hace la siguiente pregunta:
Amos 3.3: ¿Pueden dos caminar juntos sin antes ponerse de acuerdo?
Fue
como decirles “ustedes comparten con personas que los llevan a perdición porque
ustedes lo aceptan y no se oponen!”
Creo
que esta pregunta nos reta a tomar responsabilidad por nuestros pasos y
reconocer que nadie nos obliga a caminar. Independientemente de ser bueno,
malo, o feo caminamos con alguien porque nos ponemos de acuerdo a hacerlo.