Dia 3 |
Últimamente
le he estado dando dos vueltas al parque Winton Woods. Así que hoy camine la
primera vuelta en el sentido correcto, en el sentido que siempre camino. Pero decidí
dar la segunda vuelta en sentido contrario. Quise experimentar que se sentiría
caminar en sentido contrario.
Al
iniciar la segunda vuelta, me di cuenta que caminar en reversa no se sentía
natural. Me sentía incomoda al caminar en sentido contrario. A mi parecer el
panorama no se miraba igual.
Mire
para todo lados tratando de identificar las diferencias. Pero la gran
revelación llego cuando mire hacia el suelo. Me di cuenta que los marcadores de
millas se miraban al revés.
Al
mirar esto entendí que yo siempre camino en el sentido de los marcadores. Esta
es la sencilla razón por la que siempre camino en la misma dirección! El
detalle de los marcadores es mi guía.
Esto me
hizo meditar que alguien extraño a mi decidió el sentido en que yo debería de
caminar este recorrido. Mucho tiempo antes de yo dar el primer paso, alguien extraño
a mi planifico la ruta!
Entonces
lo asimile al caminar de la vida. En Hebreos 12 la Biblia nos habla de correr
una carrera. Pero olvidemos el verbo “correr” por un breve instante. Creo
que la palabra clave es CARRERA.
Si
alguna vez has participado en una carrera recordaras que la ruta siempre esta
planificada ANTES de llegar ahí! Los participantes solo llegan a correr o
caminar. Los participantes no llegan a dar opinión de la dirección ni orientación
en que deberían de correr o caminar. Seria ilógico.
De
igual manera, nos corresponde participar en la carrera de la vida. A nosotros
solo nos corresponder caminar o correr. Paso a paso avanzar. Confiando que Dios
ya planifico el trayecto. Las millas ya están marcadas.
Pero que
hacer cuando caminamos en sentido contrario?
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