miércoles, 2 de mayo de 2012

Evaporación


Recordemos que de acuerdo al ciclo del agua la evaporación impulsa el almacenamiento del agua en la atmosfera para luego causar la precipitación. Sin embargo, para realmente apreciar un cielo nublado es preciso examinar como se forman las nubes.

Las nubes son una masa de liquido suspendida en la atmosfera. Como tal, las nubes son una manifestación visible de liquido. Dentro del ciclo del agua las nubes representan la acumulación de agua en el cielo.

Pero, para que el agua llegue al cielo es preciso transportarse por medio de la evaporación. Científicamente se explica la evaporación como el proceso que transforma algún liquido en vapor o gas. En el ámbito de la meteorología, la evaporación es el proceso que remueve el agua desde la faz de la tierra con el fin de producir un cielo nublado.

Para repasar: 1) El milagro de la lluvia es agua derramada desde el cielo; 2) las nubes son agua acumulada en la atmosfera; y 3) la evaporación es el vehículo que traslada agua hacia el cielo. Entonces, esto indica que la esencia de la lluvia es simplemente el retorno de agua que fue evaporada desde la superficie terrestre.

Aquí se esconde una realidad de la vida. Considera que nuestras vivencias futuras son representadas por la lluvia que aun no desciende y que las nubes son la representación de un estanque de esas vivencias. Ahora, imaginemos que la evaporación simboliza el aliento de nuestras palabras que es trasladado al cielo. La realidad es que nuestras vivencias son el resultado de aquello que ofrecemos y declaramos en medio de nuestro entorno.

El aliento de nuestras palabras produce voluntad. Aquello que desesperantemente esperas y tarda en llegar será consecuencia de las expresiones que envías al cielo. Consecuentemente, todo enunciado que pronuncies en el presente influirá lo por venir. 

Seria fácil hablar de bases Bíblicas alrededor del poder de las palabras. Pero, uno de mis ejemplos favoritos jira alrededor de David, quien es aclamado por haber tenido un corazón conforme a Dios. Uno de los episodios mas conocidos de David es su encuentro con Goliat. El momento impresionable esta justo antes de David tirar la piedra al declarar el resultado de este desafío (1 Samuel 17: 46). Verdaderamente fue el aliento de las palabras de David que produjo su victoria.

Además, este es el mismo David que deleita a lectores con su lenguaje poético a través de los Salmos. Realmente la poesía de David es brillante y cobra vida en cada palabra. Mas, es curioso que al inicial una de las expresiones mas profundas y enriquecidas en significado acerca de la majestad de Dios, David escribe “mi lengua es como pluma de hábil escritor” (Salmos 45:1b).

Es imponente pensar que el escritor de una historia tiene el control del desenvolvimiento de cada evento y hasta la ultima instancia de la narración. Un escritor tiene la capacidad de visualizar un relato desde principio a fin. En ultima instancia, el poder del escritor radica en su capacidad de crear la conclusión.

Entonces, teniéndote en cuenta a ti mismo como el autor de tu propia vida, puedes apreciar tu potencial de crear un fin deseado. Se como el escritor que tiene dominio sobre su historia. Tal como escribe David, sea tu lengua la herramienta que produce tu historia. Sean tus palabras aliento que produce buena voluntad para tu vida.

Mientras mas recuerdes que las palabras se las lleva el viento, mayor sea tu intención de ofrecer al viento algo digno de ser almacenado en el cielo. Permite unir el aliento de tus palabras al soplo del viento para producir las nubes que atraen el milagro de la lluvia… (¡Continuara!)

Ahora, si meditas en las cosas que has hablado en las ultimas horas, días, semanas, meses, o años, la pregunta es ¿qué estas almacenando en el cielo? Que esta sea una pregunta retorica; sin embargo, siéntete en libertad de ofrecer alguna idea al respecto.

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