Credito para mi por tomar la foto! |
Me
levante una de esas mañanas nubladas en Phoenix. Casi sin ganas de hacer nada,
mi temperamento flemático se dio a destacar. Quise disfrutar de la serenidad
del día con el lujo de vivir un día de haraganería.
De
repente se ausento el deseo de hacer ejercicio, se fueron mis ansias de hablar
con alguien, y huyo mi afán por buscar trabajo. Mi energía decayó a tal grado
que solo deseaba dormir. (No te asustes! Estoy bien! Sigue leyendo!)
Obstantemente
sacudí mi apatía y decidí ir a caminar pero no me animaba a trotar ni mucho
menos a correr. Mientras caminaba me era imposible dejar de ver el cielo
nublado. Y mientras admiraba todo el panorama, me daba cuenta que el día se cubría
de matices de gris.
De
todos los colores, para mi el gris representa el mas neutral de todos. El gris
es acromático. El gris es sombrío. El gris representa algo monótono, apagado, aburrido,
e indiferente. Y tal como algo que causa indiferencia, el gris no me inspira ni
frio ni calor.
De
igual manera el día nublado es gris. Es un día sombrío y apagado. Incluso, es
curioso que para ilustrar el mal de la depresión, un comercial emplea un
retrato de un día nublado. Y si muchos rehúyen de la depresión cuanto mas
deseamos esquivar un día nublado que la pueda causar. Sencillamente, un día
nublado no es codiciable.
Pero, en
medio de la opacidad del día, recordé que un cielo nublado es necesario antes
de un día lluvioso. De acuerdo al ciclo del agua, la evaporación impulsa el
almacenamiento del agua en la atmosfera para luego causar la precipitación. Y aquí
se esconde una gran verdad!
Es
cierto que la lluvia representa un milagro. Pero, es mas cierto que el milagro
suele llegar después de la espera. La espera es precisamente lo que yo he
decidido llamar días nublados. La verdad del asunto es que aunque los días
nublados no sean codiciables, son necesarios porque preceden el milagro de la
lluvia… (Continuara!)
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